¿La atención es innata o la vamos desarrollando con los años?

Muchos padres me han comentado la gran dificultad que tienen sus hijos para estar durante un periodo de tiempo determinado realizando una actividad, ya sea en casa o en el cole. El principal factor “culpable” de que se den estas situaciones es la atención. Pero esto no significa que nuestro niño tenga déficit de atención, o que tengamos que alarmarnos y hacerle una prueba para descartar la presencia de Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad (TDAH).

Un factor importante que deben presentar todos los niños y niñas para poder aprender, interaccionar en su día a día… en definitiva, para poder disfrutar y valorar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, es la atención.

Existen muchas definiciones para referirnos a la atención, pero la que destaco a continuación es la que considero que se ajusta mejor a la idea que quiero transmitiros sobre esta:

“Una de las más preciosas funciones de la mente. Nos permite percibir, captar, darnos cuenta, conectar con algo, sea de fuera o de dentro, toda vez que es como una flecha con dos puntas: una apunta hacia afuera y la otra hacia adentro, o sea, que se puede estar atento a lo que sucede fuera de uno y también a lo que nos está sucediendo dentro”.

La falta de atención puede tener un impacto en el proceso de aprendizaje y, en consecuencia, en el desarrollo madurativo de estos, así como en su capacidad para gestionar las emociones.

Desde INVERXO trabajamos la atención utilizando principalmente nuestro componente estrella, que son los juegos. De esta manera nos aseguramos de que los niños que vienen a nuestro centro:
 

• Se sientan más preparados para superar reacciones negativas.
• Mejoren su memoria.
• Canalicen la imaginación haciéndola creativa.
• Aprendan a discernir.
• Empiecen a controlar la agitación y la dispersión mental.
• A sacarle sustancia a cada momento y estar más perceptivos.

 
A partir de los 6 años, los niños van adquiriendo un mayor desarrollo en aspectos como la memoria, la atención, la resolución de problemas o la metacognición. De esta manera, es importante tener presente que la atención está muy influenciada por variables externas como la motivación o los estímulos que reciba de su entorno.

Por lo que tanto en la escuela como en casa debemos trabajar la atención de manera explícita, ya que no nacemos con ella completamente formada sino que poco a poco con los años se va desarrollando gracias a un entrenamiento neuropsicológico desde que somos pequeños.