¡BIENVENIDOS/AS!
Imagino que ahora mismo estás leyendo estas palabras porque tu gran tesoro, tu hijo/a, se encuentra en una situación en la que desconoces las causas de su problema y, en consecuencia, no sabes cómo ayudarle. No tenéis que seguir con esa angustia por más tiempo porque tenemos la respuesta a las dificultades del lenguaje de vuestro niño/a. No será un camino fácil, pero sí que os puedo asegurar a vosotros y a vuestro pequeño/a que en nuestra academia de dificultades del lenguaje en Madrid os intentaremos hacer el camino “lo más llano posible”.

Las dificultades en el lenguaje se manifiestan desde pequeños
Podemos mostrar signos de alerta de posibles dificultades en el lenguaje. Pero no solemos darles importancia ya que pensamos “ya lo aprenderá”, “todavía no es su momento”. Pasan los días y nuestro hijo/a sigue en la misma situación. No dejemos pasar el tiempo para ver si el problema persiste, intervengamos mientras observamos los cambios. De esta manera aseguraremos su correcto desarrollo a la vez que disminuimos o eliminamos las consecuencias negativas de esperar sin hacer nada.
Con estas palabras no nos estamos refiriendo a que debamos categorizar a nuestro pequeño/a a la más mínima sospecha de la existencia de una dificultad. Pero al igual que cuando tenemos un dolor persistente acudimos al médico para conocer la justificación del malestar, en este caso pasaría lo mismo. Lo importante es encontrar el origen más que saber el nombre del problema.

Diferenciamos un trastorno del desarrollo de un retraso en el desarrollo del lenguaje
Se considera que un niño/a posee un trastorno del desarrollo (dislexia, disgrafía, disortografía o discalculia) cuando es una dificultad específica (ya sea en la escritura, en el habla o en la ortografía) y persistente para adquirir la habilidad lectoescritora, sin que exista otra causa que pueda explicar esa dificultad.
En cambio, se considera retraso en el lenguaje cuándo presenta lentitud en la adquisición o desarrollo de la lectoescritura por no tener un entorno que estimule el lenguaje, por haber introducido la lectura antes de que tuviera la madurez necesaria o por no realizar un refuerzo, desde la etapa inicial, de algunos aspectos del lenguaje que no alcanzaba interiorizar.
Debemos aclarar que ninguna de estas dificultades se debe a una presencia de limitaciones intelectuales, sino que es un trastorno en el desarrollo del niño/a.
Diferencia entre alexia y dislexia
Las dos son un trastorno del lenguaje, en cambio, la alexia hace referencia a una lesión cerebral adquirida debido a un traumatismo u otros factores. Asimismo, la agrafia y la disgrafía son trastornos del lenguaje derivados por un trastorno adquirido. Como podemos comprobar la dislexia es un trastorno del desarrollo, es decir, no adquirido.
Los signos de alerta para tomar acción
Signos de alerta más significativos en la etapa infantil (1-6 años):
- No comprende la información que le dicen (instrucciones, preguntas).
- No posee mucho vocabulario.
- No elabora mensajes con varias palabras.
- No utiliza frases de varias palabras.
- No incorpora palabras nuevas a su vocabulario.
- No utiliza el lenguaje para expresar sus necesidades, sentimientos o para contar experiencias.
En la etapa escolar (6-12 años):
- No consigue aprenderse las letras del abecedario (el sonido y la grafía).
- Dificultad persistente e inexplicable para aprender a leer.
- Dificultad para automatizar la lectura y la escritura.
- Tiene dificultades a la hora de articular palabras sencillas.
- Es incapaz de construir frases coherentes (compuestas por sujeto, verbo y predicado).
- Presenta dificultades, a nivel lector y escrito, para diferenciar letras muy parecidas, como la /b/ y la /d/.

¿Cómo intervenimos con los niños que presentan estos signos?
Desde la academia Inverxo de dificultades del lenguaje en Madrid detectamos las dificultades, las evaluamos y diseñamos un plan de intervención individualizado que ayudará a compensar las disfunciones que presentan en algunos circuitos neuronales del cerebro.
A la hora de realizar la valoración tendremos en cuenta la edad del niño/a y el nivel lectoescritor que ha alcanzado. Tras evaluarle haremos una lista detallada con todos los aspectos que se debe tratar. Siempre teniendo en cuenta que la intervención es un proceso dinámico, por lo que tendremos que ir modificando el plan de intervención en función de la evolución del pequeño/a.
Tener dificultades del aprendizaje, errores ortográficos o problemas para leer o escribir no debe avergonzarnos. Ya que todos esos aspectos no determinan nuestros valores ni nuestra inteligencia, solo son peculiaridades que nos caracterizan y nos definen. Pero TODOS/AS poseemos buenas habilidades.
